Cuando no hay palabras

Para qué amar, si creemos ser los dueños.
Para qué soñar, si perdemos los momentos.

Para qué rezar, si vivimos con desprecio.
Para qué volar, si por dentro somos ciegos.

Sigo una huella por el bosque,
todo a mi paso huele a tierra.
Llego hasta el río que da vuelta,
toda la vida se presenta.

Nada que decir.
En silencio de pie.
Confundido en el bosque.
Nada, nada que decir.