El eco de la montaña
Qué podrás hacer,
cuando los problemas choquen hasta con tus pies.
Cuando nada resulte fácil ni siquiera ver,
donde vive la que te amarra a su pantalón,
desteñido por las mañanas.
Hace rato que no buscas por temor a encontrar,
y que el tiempo se introduzca no te debe molestar.
Se destiñe en las mañanas por nada particular.
Los problemas no me abruman no me gustan nada más.
Qué podrás hacer,
cuando tus amigos tengan nada que ofrecer.
Cuando todo se vuelva frágil, como aquella vez
que colgabas de la ventana en un camisón,
aferrada a las palabras.
Si me aferro a las palabras estas suelen soportar.
Mis amigos no me engañan solo aman de verdad.
Ser más frágil que la vida nada tiene de especial,
las fisuras se reparan cuando sabes valorar.
Lo espontáneo se agradece más allá de todo plan,
no se piensa ni se paga solo ocurre nada más.
La humildad cambió mi vida nada tengo que probar.
Invisible como el viento más allá de la verdad.